martes, 25 de marzo de 2014

DOS FINES DE SEMANA ENTRE PÁJAROS

Nos puede el vicio, lo sé. El pasado día 15 Edu González y un servidor quisimos quitarnos el  "mono" de pajareo (después de la excelente jornada del día 8) volviendo, como antaño, a aprovechar el sábado recorriendo algunos lugares ya conocidos y, de paso, que nos diera un poco el sol, que ya tocaba.

Nuestra idea era visitar en primer lugar el puerto de Navacerrada y la estación de esquí de Valdesquí para buscar, principalmente, verderón serrano. De lo que no éramos coscientes era de que, siendo el día que era y que la climatología era benigna, estacionar allí iba a ser misión imposible, como pudimos comprobar a nuestra llegada. La nieve acumulada aun en las cotas altas y el excelente día invitaban a niños y mayores a pasar el día en la montaña. Nosotros también queríamos pasar el día en la montaña, pero de otra manera. No pudimos ni poner el pie en tierra.

Seguimos camino hacia Rascafría, haciendo una breve parada en un lugar donde Edu tiene controlado al mirlo acuático. No faltó a la cita. La primera buena noticia. También aparecieron en el cielo dos buitres negros y dos culebreras europeas, de las primeras que veo esta temporada.

A pocos metros cogimos el desvío al mirador de los Robledos, con un evocador paisaje y tranquilidad inusitada que agradecimos. Disfrutamos de la bella estampa montañera y de una parejita de trepadores azules preparando su nido. Ya en Rascafría visitamos unos prados con la esperanza de ver curruca mirlona y alcaudón dorsirrojo, pero eran todavía fechas tempranas. Démosles un poco más de tiempo. Aprovechamos la hora para comer en el pueblo.

Alameda del Valle fue el primer destino vespertino, a ver que tal le iba al pico menor localizado el año pasado en la zona. Llegamos al lugar donde lo vimos el año pasado pero solo nos llevamos el característico reclamo de pícido, sin atribuirlo al cien por cien a este enano o a un picapinos. Un breve asomo al embalse de Pinilla del Valle nos llevó directamente a acabar la jornada en la Morcuera. Aquí volvió a darnos esquinazo el verderón serrano pero, en su lugar, aparecieron los piquituertos. 

El domingo 23 nos volvimos a encontrar Edu y yo con nuevos retos en la mente. Se habían observado varias especies interesantes en la Mancha (flamenco enano, porrón pardo, gaviota enana…) y nos decantamos por estas últimas en el embalse del Vicario. A media mañana llegamos al embalse y nos dirigimos al lugar donde se habían observado tanto los porrones como las gaviotas. Después de un rato buscando, dimos con los porrones pardos (3 ejemplares; 2 machos y 1 hembra) pero ni rastro de las gaviotas enanas. Un pequeño dormidero de garcillas bueyeras y garzas reales (con otros individuos agrupados por los campos cercanos) fue de lo más destacado allí. Comimos en Peralvillo y nos acercamos a la laguna de Navaseca por la tarde. No me cansaré de repetir el paraíso ornitológico que representa. Era la segunda vez que lo visitábamos este mes y aun así no dejábamos de sorprendernos la variedad de aves que se pueden ver.




Porrón pardo Aythya nyroca
(macho a la derecha, hembra a la izquierda)





Garcilla bueyera Bubulcus ibis


La lista era casi interminable, y la zona inundada a la derecha de la carretera albergaba casi más vida que la propia laguna: flamencos, zampullines cuellinegros, malvasías cabeciblancas, porrones europeos, combatientes, cucharas europeos, ánades azulones, patos colorados, cigüeñuelas… ¿sigo?




Malvasía cabeciblanca Oxyura leucocephala
(macho)



Malvasía cabeciblanca Oxyura leucocephala
(hembra)



Zampullín cuellinegro Podiceps nigricollis
(plumaje nupcial)



Y en estas, sin saber bien por donde empezar, nos recreábamos la vista con este espectáculo sin parangón. 

Un paseo relajado por el lado oeste deparó los mejores momentos de la tarde. Las malvasías salían de los recodos sin prisa pero sin pausa, los zampullines realizaban el cortejo como una clase de ballet, había pájaros por todos lados. Un precioso macho de pájaro moscón dejó que le observáramos hasta casi cansarnos de encarar con el telescopio. Tres jóvenes se acercaron a nuestra posición y el pajarito voló a un carrizal cercano. Y mientras Edu hablaba con ellos, yo me percaté de la presencia de un par de aves entre los fumareles cariblancos que tenía un aspecto diferente. ¿Qué será?, me preguntaba. ¿Un fumarel aliblanco? ¿Alguna gaviota rara? Saqué algunas fotos para poder comparar luego con la guía. 

No era ninguna especie de fumarel pero se parecía mucho a alguna especie de gaviota pequeña. Ya no hay más pistas y, de paso y tras consultar con un par de amigos pajareros, se descartó la opción de la gaviota de Ross. Lástima. Las protagonistas a las que habíamos ido a ver al embalse también andaban por aquí…


Pájaro moscón Remiz pendulinus
(macho)



Gaviota enana Hydrocoloeus minutus
(primer invierno)



Gaviota enana Hydrocoloeus minutus
(primer invierno)




viernes, 14 de marzo de 2014

PAJAREO POR ZONAS CIUDADREALEÑAS

El pasado sábado día 8, Spainbirds Nature Tours brindó la oportunidad a un entusiasta grupo de aficionados a la ornitología a participar en una visita a algunos parajes de la provincia de Ciudad Real, centrando nuestra curiosidad a las aves esterarais y acuáticas. El tiempo primaveral que, por fin, asomó en la Península ayudó sobremanera a que fuera una extraordinaria jornada de pajareo.

La primera parada fue en Campo de Calatrava, lugar de origen volcánico, plagado de pequeñas elevaciones del terreno y uno de las mejores zonas peninsulares para observar aves esteparias. Un par de paseos rondando la sobremesa dio para la observación de avutardas en lo alto de un cerro y un pequeño grupo de gangas ibéricas. La reverberación y la distancia no ayudó a que las observaciones fueran buenas. La anécdota del día fueron las observaciones, aun mejores que pie en tierra, que tuvimos de ganga ibérica, sisón y alcaraván. Varias veces tuvo que pasar Miguel Ángel, nuestro conductor, por la misma carretera para deleitarnos con estas observaciones. 



Ganga ibérica Pterocles alchata
(hembra a la derecha, macho a la izquierda)


Con la ganga ortega como única ausencia, nos dimos por satisfechos y eso derivó en la inclusión de la laguna del Prado, en Pozuelo de Calatrava, como siguiente destino. Aprovechamos para comer allí, dividiéndose el grupo entre los que decidieron hacerlo en el pueblo y los que comimos mientras observábamos aves en la laguna. La diversidad era desmesurada y estábamos más pendientes del telescopio que del bocata. Flamencos, zampullines cuellinegros en cortejo, malvasías persiguiéndose, gaviotas reidoras con su estridente griterío… Un inesperado paraíso ornitológico que ya está apuntado en mi cuaderno de campo para futuras visitas.

Y, para mí, el mejor lugar lo dejábamos para el final. Con buena temperatura y mejor luz, la laguna de Navaseca nos esperaba. Las abundantes lluvias, que hacen que se inunden las zonas colindantes y la aportación de la EDAR de Daimiel hacen de este enclave un lugar aun mejor que el cercano Parque Nacional de las Tablas para la observación de aves. Un rato desde una zona alta y un agradable paseo por su perímetro nos permitió disfrutar como enanos de una diversidad sin parangón entre los humedales peninsulares. Otro buen grupo de flamencos se alimentaban en la aledaña zona inundada al otro lado de la carretera, sorprendimos a alguna agachadiza común haciendo honor a su nombre, los primeros críalos acosaban a las ingenuas urracas para asaltar sus nidos, las malvasías cabeciblancas se contaban por cientos, al igual que las fochas comunes, gaviotas reidoras y numerosas anátidas más como, por ejemplo, porrón europeo o cuchara europeo. Algunos tuvieron suerte con el calamón, e incluso un fumarel cariblanco apareció a última hora para redondear el día. Fue una pena tener que abandonar el lugar con cientos de aves reclamando y revoloteando a nuestro alrededor con una preciosa puesta de sol como telón de fondo. Excusa perfecta para repetir visita.



Agachadiza común Gallinago gallinago



Críalo Clamator glandarius



Focha común Fulica atra



Malvasía cabeciblanca Oxyura leucocephala


Resumiendo, un gran día de pájaros, con muy buen ambiente y rodeados de personas con ganas de disfrutar y de aprender. 

Gracias por seguir mi blog.




miércoles, 5 de marzo de 2014

LA FIO Y MONFRAGÜE

El primero de marzo Virginia, Mariajo y yo salimos temprano desde Madrid para pasar el día en la FIO (Feria Internacional de Ornitología) y en el Parque Nacional de Monfragüe. Se dio la circunstancia de que Virginia nunca había estado en la FIO, y nosotros hace dos años que no disfrutábamos del paisaje mediterráneo por antonomasia. Así que no había ninguna duda sobre lo que debíamos hacer ese sábado gris y plomizo. El esfuerzo mereció la pena porque pudimos hacer prácticamente todo lo que teníamos en mente: visitar las carpas curioseando, informándose, deleitándose con el arte allí expuesto y, por supuesto, comprando alguna cosilla. Además de reencontrarnos con viejos amigos de aquí y de allá que hacía tiempo que no veíamos. Con las manos llenas de folletos, libros, cuadernillos... íbamos de un lado a otro saludando a cuantas personas nos salían al paso o parándonos en casi todos los puestos. La carpa de los artistas fue especialmente satisfactoria, con mucho arte y talento en todo lo que veíamos. Simplemente geniales. 

Pero claro, uno no puede irse de Monfragüe sin, por lo menos, desempolvar un poco los prismáticos. Fue lo primero que hicimos según llegamos a la Portilla del Tiétar. La cantidad de gente que, ya a esas horas había, era ingente y delataba que algo estaba pasando. Lo descubrimos según colocábamos el telescopio: la pareja de águilas imperiales ibéricas estaba posada para deleite del personal. El macho ya defendía el territorio con reclamos, vuelos y picados a los indefensos buitres leonados y todo lo que se pusiera por medio. Es la reina del lugar. 



Águila imperial ibérica Aquila adalberti


Amablemente nos colocaron el telescopio para poder observar al otro protagonista del roquedo y habitante habitual: el búho real. Escondido esta vez en una encina, y del que apenas podíamos adivinar el vientre y parte de la cabeza. La feria abría sus puertas a las 10 y ya era hora de movernos. Al pasar por el mirador de la Higuerilla, descubrimos un alimoche acicalándose en lo alto de un seco árbol. Vimos dos más en la Tajadilla. Tras la entretenida y maravillosa jornada en la FIO, tocaba comida en el Salto del Gitano, con cientos de buitres leonados surcando el cielo a nuestro lado. Mariajo descubrió una parejita de cigüeñas negras, que ya han ocupado sus nidos. 



Buitre leonado Gyps fulvus


Ya íbamos apretados de tiempo y decidimos apurar lo que quedaba de tarde de nuevo en la Portilla, dándole la oportunidad al búho de mostrarse mejor. Y, cuando pasamos por la Higuerilla, un simpático zorro se deslizaba entre los coches para llegar a la comida que los turistas le dejaban en el suelo. Estuvimos un buen rato disfrutando de esa pillina mirada y su belleza hasta que la lluvia apareció. El búho prácticamente seguía igual que lo dejamos por la mañana así que, tras un reparador café en el alojamiento Puerta de Monfragüe, pusimos rumbo a Madrid dejando atrás un gran día (en todos los sentidos) y deseando volver ya con la primavera oliendo a jara. 



Zorro Vulpes vulpes