lunes, 28 de noviembre de 2011

OASIS ORNITOLÓGICO EN LA A-2

Y no es tontería lo que digo. Un lugar al lado mismo de la autovía del Nordeste donde se han catalogado más de 200 especies de aves. Hablamos de la Reserva Ornitológica Municipal de Azuqueca de Henares. Ocupa una superficie de casi 100.000 metros cuadrados, de los que 59.469 metros cuadrados corresponden a las cuatro lagunas interconectadas (del Chorlitejo, del Calamón, de la Focha y de la Garza), que funcionaron como depuradora de la población hasta el año 2003, cuando entró en funcionamiento la nueva, dando lugar a una progresiva naturalización de las lagunas debido al abandono, hasta convertirse en lo que son hoy. Ubicado en pleno corredor del Henares, fue declarado Refugio de Fauna y Zona Sensible de Protección Concertada. Este lugar se dio a conocer, además, gracias a un documental llamado "Un oasis cercano", premiado en el Festival de Cine Ornitológico de Ménigoute (Francia) en 2010.

Este lugar posee varios observatorios a lo largo del recorrido donde se pueden detectar diversas especies de aves, especialmente acuáticas, y una serie de hides para la fotografía. Varias charcas artificiales permiten la observación de reptiles y anfibios.

Para visitar la Reserva hay que solicitar cita con antelación a la siguiente dirección de correo electrónico: equipamientosambientales@azuqueca.net, dando el nombre, edad, número de participantes, fecha de la visita y un número de teléfono de contacto.

El número máximo de personas cuando son grupos organizados es de 25. De lunes a viernes, de 9 a 14 horas. La visita dura aproximadamente unas dos horas y es con guía. Si la visita es particular, el último sábado de cada mes, previa reserva.

Para llegar a este idílico lugar, desviarse en el p.k. 42 de la A-2 para, sin llegar a coger el puente que cruza la autovía en dirección al pueblo, girar a la derecha por una pista que lleva hasta la misma depuradora. Cuidado con las numerosas obras que existen en la actualidad, te puedes pasar el desvío con facilidad.

Os dejo a continuación con unas fotos de las aves que pudimos observar en este paraje, aunque estaba aún pobre de especies. Pero merece la pena.



Ánade real o azulón



Carbonero común



Garceta grande




jueves, 24 de noviembre de 2011

PASEO POR EL PARDO

El pasado 13 de noviembre, y a iniciativa de SEO Sierra de Guadarrama, un grupo de intrépidos pajareros, incluidos varios niños, que aguantaron fenomenalmente la caminata, nos citamos en el parking del área recreativa de Somontes para realizar un bonito paseo siguiendo el curso del río Manzanares, y acabar en Mingorrubio. 

Una vez reunidos todas las personas implicadas en la actividad, se formaron dos grupos: en primer lugar saldríamos los adultos; detrás, las familias con niños. Cabe destacar que este segundo grupo, comandados por Javi y Luis, consiguieron observar visón americano, cuya presencia en esta parte del río no es rara. A medida que avanzábamos, las aves iban saliendo a nuestro paso. Ya se hacían numerosos los bandos de gorrión molinero, carbonero común, mito o herrerillo común; el monótono reclamo del mosquitero común era, el sonido más habitual a lo largo de la jornada, quizás más que el también característico reclamo del jilguero. Con menor presencia, el pinzón vulgar y lavandera blanca. Grandes bandos de paloma torcaz y estornino negro amenizaban la marcha con sus frecuentes vuelos de aquí para allá. Afinando un poco la vista conseguimos observar las evoluciones del agateador común subiendo en espiral por el tronco de los árboles. Oímos al pito real, y además conseguimos ver también al pico picapinos. 

Nos salió al paso un pequeño bando de grullas, algo lejanas, pero que conseguimos observar sin problemas. Al llegar al puente por donde pasa el tren, gran presencia de grajillas, y algún cernícalo vulgar. Mirando al río, presencia de ánade real y gallineta común. 

A lo lejos vimos los primeros buitres leonados levantando el vuelo, y pronto se nos mostraron enfrente nuestro, con varios buitres negros, la mayoría jóvenes, para nuestro deleite. 



Buitre negro


Algunos integrantes consiguieron ver martín pescador, y entre los buitres evolucionaban hasta cuatro águilas imperiales, halcón peregrino y gavilán. Ahí queda eso.

Los cormoranes grandes remontaban el río, y numerosos grupos de gaviotas sombrías y reidoras abandonaban el embalse para alimentarse más al sur. A mitad de recorrido, uno de los momentos de la excursión: el gruñido inconfundible del rascón europeo, un rálido nada fácil de observar. Y lo escuchamos en ese recodo un par de veces. 

Avanzada la mañana, se iban sumando más especies a la lista: cotorra argentina, verderón común, verdecillo, lavandera cascadeña, mirlo común...

El otro momentazo de la jornada fue la aparición, casi por sorpresa, de un damero de imperial (4º a 5º año calcularon los expertos) que hizo las delicias de los presentes, observándose a poca distancia.



Águila imperial (damero de 4º a 5º año)



Con este subidón de adrenalina, casi llegando a Mingorrubio, pudimos añadir a la lista busardo ratonero, un juvenil de garza real, numerosos petirrojos, urracas, y hasta un lejanísimo aguilucho pálido, solo observado y distinguido por los más avezados de vista. Ya llegados al punto final de la ruta, zorzal charlo y triguero como especies nuevas para el cuaderno de campo.

En definitiva, una ruta sin dificultad que te asoma a un paraje interesante en lo ornitológico y que recomiendo sin duda. Lástima de que el cielo estuviera cubierto, no tuvimos la fortuna de disfrutar de mejor luz para, sobre todo, fotografiar. Cuidado con la senda que circula paralela al río, ya que los fines de semana se masifica de viandantes y ciclistas.



jueves, 10 de noviembre de 2011

LAGUNAS DE VELILLA DE SAN ANTONIO


El tiempo pronosticaba cielos parcialmente cubiertos pero sin predicción de lluvia. Pues que mejor manera de celebrar la Almudena que acercarse a estas lagunas ideales para la observación de aves. Carretera y a patear por la zona. El acceso no es el mejor del mundo, tomad de referencia la última rotonda antes de entrar en el pueblo y girad a la izquierda y avanzad hasta que encontréis una industria papelera. A partir de aquí salváis una barrera (ya a pie) y giráis a la izquierda para empezar a recorrer la laguna de El Raso, la única donde está permitida la pesca recreativa. Aparcando el coche nos encontramos con Miguel, al que no veíamos hace tiempo. Unos saludos y juntos empezamos la aventura. En general las lagunas estaban aún pobres de invernantes, sobre todo anátidas, pero irán llegando poco a poco. Tanto en el río Jarama (a mano izquierda) como en la laguna, la presencia de focha común era patente. En una de estas prospecciones, Mariajo canta lo que parece un mamífero alargado que no tarda ni medio segundo en esconderse bajo unas raíces, sin dar oportunidad a los demás de observarlo. La cosa andaba entre nutria y visón americano. Tras un pequeño debate, dimos por bueno este último. Los ánades frisos y cucharas europeos se dejaban observar, así como los zampullines chicos y las gallinetas. Al llegar a la laguna del Picón de los Conejos existe la posibilidad de seguir de frente o girar a la derecha por camino de tierra. Decidimos girar para rodear la laguna en el sentido contrario a las agujas del reloj. Se notaba ya la presencia abundante de mosquiteros comunes y petirrojos llegados del centro de Europa. Reclamaban los jilgueros, y a lo lejos divisamos un aguilucho lagunero del que no pudimos determinar el sexo: tenía rasgos de ambos. El reclamo y el vuelo de un andarríos grande hizo que miráramos al cielo una vez más. El limi que Mariajo quería ver ya estaba en el bote. Y aquí llegó el mejor momento de la jornada: el trompeteo característico de la grulla común nos hizo alzar la vista al cielo en su busca. "¿Dónde estarán? Se las oye pero no las veo". Enfrente nuestro aparecen un trío de ellas, y se van acercando a nuestra posición. Las primeras que vemos Mariajo y yo esta temporada, ya era hora. Pero aparecieron más. Otro bando más lejano de unos 50 individuos vuelan en la misma dirección que las primeras que observamos: hacia el oeste. Os dejo una foto testimonial.



Grullas en vuelo


Plenamente satisfechos continuamos el camino, en un tramo donde no se ve la laguna, y sí el río en algunos tramos, lo que aprovechamos para echar un ojo. Añadimos cerceta común, miles de mitos, carbonero común, ruiseñores bastardos a reventar y un gavilán en vuelo, mientras las grajillas y alguna cigüeña blanca nos sobrevuela. Y buscamos en los cortados al búho real, sin éxito. Al enfilar el camino de vuelta, dejando los cortados a nuestra espalda, Miguel se desvía por un caminito a la derecha para llegar hasta la misma orilla del río, pero la perspectiva es nula. Sin embargo, observamos el maullido típico del busardo ratonero, y observamos dos ejemplares volando en círculos. Casi a la vez, una pareja de pitos reales vuelan onduladamente hasta posarse brevemente en un árbol. El vuelo majestuoso de la garza real hizo las delicias de los allí presentes.

A mediodía Miguel se tuvo que marchar rápidamente, y nosotros nos lo tomamos con más calma hasta llegar de nuevo al punto de inicio. Aquí nos pasó por encima una garcilla bueyera, y en el río observamos de nuevo a la lavandera cascadeña. Buena manera de acabar una placentera y relajada jornada pajarera para ayudar a quitarnos un poco el mono. Yo lo agradecí, la verdad. Y si no pasa nada raro, el domingo a El Pardo, y con ello otra entrada en el blog.