sábado, 19 de marzo de 2016

ANDARRÍOS SOLITARIO EN ALMERÍA

Uno nuevo para la lista. Uno que no tenía en mente pero que surgió sobre la marcha cuando el segundo fin de semana de marzo, aprovechando un par de días libres, bajé a Cartagena. Los primeros días fueron de relax, con un par de ratos para pajarear e ir calentando motores. El primer día visité el puerto, lugar preferido para pasear y, de paso, observar sobre todo gaviotas. No faltaron las patis, además de un trío de gaviotas de Audouin, un grupo de gaviotas cabecinegras, cormorán grande y charrán patinegro. El segundo día visité la rambla de Benipila y la Algameca Chica, lugares ambos que no visitaba años. El paseo no defraudó porque la zona costera es un buen lugar para collalba negra. Ahí me encontré hasta dos parejas disputándose ambas laderas arbustivas pegadas al mar. Ese rato disfruté de lo lindo, lástima que no llevaba la cámara encima.



Algameca Chica


Pero el día bueno fue el domingo, con mis amigos Juan y Antonio, saliendo temprano desde Cartagena hacia Almería en busca del andarríos en cuestión. El lugar, una gran rambla por donde debía correr el río Almanzora, seco en la mayoría de su trayectoria excepto el lugar donde se había citado el ave, con varias zonas inundadas y que daban un aspecto de humedal que contrastaba con el lugar tan seco que lo rodeaba. Por supuesto, un auténtico oasis para las aves, como pudimos comprobar. Tal era mis ganas y emoción, que me fui directo a la parte alta de la rambla buscando como loco. La hora, cerca del mediodía, y la luz de frente no ayudaban ni a la observación ni las fotos, como podréis comprobar ahora. Pero lo importante fue que salió y lo vimos correctamente. La lista de aves presentes era de lo más interesante: cigüeñuela común, correlimos común, menudo y de Temminck, chorlitejo chico y grande, andarríos chico, golondrina común, avión común, zapador y roquero, garcilla bueyera, garceta común, alcaraván común, bisbita alpino, lavandera blanca y algunas más que nos mantenían muy entretenidos. Cuando encontrábamos un andarríos grande, casi idéntico al solitario, saltaban las alarmas. Cuando observaba las caracterísitcas propias de la especie y no del que buscábamos, perdíamos el ánimo. El tiempo pasaba y no aparecía. Pero en esto que localizábamos un grupo de limícolas, a través del telescopio vimos a uno que parecía distinto. Mis sospechas se confirmaron cuando al volar, uno de ellos presentaba el obispillo oscuro. ¡Ahí está!, gritaba con emoción. El andarríos solitario volaba hasta una zona de aguas tranquilas entre la vegetación. Volvíamos a la carretera y otra vez, al rato, la volvíamos a encontrar pegada al muro en el mismo charco que las demás, pero sin relacionarse. Pero pudimos observar las principales características que diferencian esta especie de su pariente el andarríos grande: patas largas y amarillentas, obispillo oscuro que divide la cola en dos zonas barradas, proyección primaria un poco más larga que la cola y pico ligeramente curvado en la punta. Pues nada, a pesar de las dificultades que he mencionado antes, algunas fotos se sacaron. Ya en el coche, y después en casa, pude comprobar que se trataba de la deseada ave. ¿Cuánto más se quedará allí? Ya veremos.



Andarríos solitario Tringa solitaria



Andarríos solitario Tringa solitaria



Andarríos solitario Tringa solitaria



Andarríos solitario Tringa solitaria