lunes, 30 de junio de 2014

VISITA RELÁMPAGO A LA CAMARGA



Flamenco común Phoenicopterus roseus


El pasado puente de San Isidro Carlos, Marisa, Mariajo y y aprovechamos esos días para viajar a la Camarga, aprovechando para descansar y observar aves, con una fugaz parada en los Aigüamolls de L'Empordá, que tenía muchas ganas de conocer. Así pues, el 14 salimos desde Madrid para dedicar toda la tarde en llegar a Lérida, donde haríamos noche.

Ya el día 15 partimos temprano para los Aigüamolls de L'Empordá, llegando sobre la hora de apertura y así aprovechar la mañana para recorrer sus senderos y disfrutar de las aves. Con calor y mucho aire, nos acercamos al Centro de Visitantes, a la Matá y el Cortalet. A pesar de las fechas, la migración no estaba en su apogeo, quizás debido al mal tiempo que nos ha acompañado hasta hace bien poco. Aun así, vimos y oímos pájaros interesantes como oropéndola, cisne vulgar (con jóvenes), tarro blanco, pato colorado, morito, garza imperial, calamón común, carraca y un elenco de limícolas en La Matá donde, según nos informaron en el Centro de Visitantes, estaba la mayor concentración de aves. Así lo comprobamos con la observación de chorlitejo grande, combatiente en plumaje nupcial (preciosos), andarríos bastardo, bastante colirrojo real e incluso un escribano cerillo, entre otras aves. La verdad es que pasamos una mañana entretenida, aunque no dedicamos nuestros esfuerzos en buscar especies cada vez más habituales en la zona, como el cernícalo patirrojo o el bisbita gorgirrojo. La próxima vez será. 



Andarríos bastardo Tringa glareola



Combatiente Philomachus pugnax
(plumaje nupcial)



Jilguero europeo Carduelis carduelis


Queríamos parar a comer una vez hubiéramos cruzado la frontera francesa. Así lo hicimos, y estábamos comiendo tranquilamente cuando Mariajo se percata del vuelo de una cigüeña negra encima nuestra. Buena observación y buen presagio.

Alcanzamos nuestro alojamiento, en Les Mazets du Paty, una coqueta y tranquila casa regentada por una simpática chica de origen asiático, a media tarde. Tras dejar las maletas e instalarnos, el cuerpo ya nos pedía salir con los prismáticos a caminar por los alrededores a ver que observábamos. Con un viento casi huracanado, nos encaminamos entre granjas y campos de labor hasta alcanzar una zona húmeda donde observamos varios martinetes y un grupito de fumareles cariblancos donde se coló, bimbándolo, un fumarel aliblanco en plumaje nupcial. Una pena que no me diera tiempo a sacar una testimonial foto. Pero la experiencia francesa empezaba muy bien.



Martinete común Nycticorax nycticorax
(joven)


El día 16 completaríamos nuestro primer día en tierras francesas, visitando varios lugares aptos para la observación de aves. La primera parada fue en la Finca Paul Ricard de Mejanes, dedicado a los toros, y con una zona húmeda ideal para ver aves. El flamenco, especie emblemática de la zona, ya se dejaba ver en buenos números, junto a espátulas, charrancitos y un críalo posado, en un recorrido circular de fácil realización donde la inmensidad del Étang de Vaccares, epicentro de la Reserva Natural de la Camarga, nos sorprendía. Siguiendo nuestro camino, visitamos también La Capeliere, una pequeña reserva creada en 1979 a raíz de una antigua granja, y con un entramado de senderos y observatorios para disfrutar de la observación de aves. La tarde la dedicamos a visitar Le Fangassier y Digue a la Mer, zonas de saladar pegadas a la costa. Aquí cayeron algunos limícolas como chorlito gris y chorlitejo patinegro.

El día 17 empezamos la mañana visitando la parte oeste de la Digue a la Mer y la Étang de L'Imperial, enclavados en Saints Maries de la Mer, que por esas fechas ya estaban masificadas de gente de etnia gitana, en una concentración anual en la zona. En un agradable paseo por la línea de playa y zonas de saladar, y sin tanto aire, disfrutamos de los cercanos flamencos, tarro blanco, garza real, garceta común, bisbita campestre, ostrero euroasiático, charrán patinegro, charrán común, lavandera boyera y limícolas a placer (correlimos común y zarapitín, chorlito gris, chorlitejo grande y patinegro, archibebe común y claro, avoceta y cigüeñuela común). 



Garceta común Egretta garzetta



Bisbita campestre Anthus campestris


A mediodía visitamos la Reserva Natural de Scamandre, rodeado de humedales, donde pasamos un buen rato paseando por sus pasarelas y comimos detrás del Centro de Visitantes. Como especies nuevas destacamos garcilla cangrejera, garceta grande y zampullín común. 



Garza real Ardea cinerea (izqda.) 
y Garceta grande Ardea alba


La D779, que cruza la Étang de Scamandre y la Étang du Charnier, es de visita obligada para cualquier pajarero que visite la Camarga. Lugar marcado en rojo en cualquier guía ornitológica por la presencia, entre otras especies, de avetoro y carricerín real. La verdad es que yo iba con demasiada fe en ver cualquiera de las dos, sabiendo que hay que dedicarles muchas más horas. Por lo menos conocí el lugar para una, quien sabe, futura visita. Sin embargo, el canal que discurre paralelo a la carretera da más de una sorpresa, bien en forma de dormidero de martinetes o por ser zona de campeo de un roedor americano parecido al castor introducido en Europa por escapes de granjas peleteras. Tuvimos suerte y estuvimos un rato disfrutando de un coipú nadando sin inmutarse de nuestra presencia.



Martinete común Nyctiocorax nyctiocorax
(adulto)



Coipú Myocastor coypus


El día no dio para más y llegamos a dormir y descansar para afrontar el día de vuelta, el más duro de todos. Temprano, volvimos a la carretera de Scamandre para ver si caía algo nuevo. Cayó algo, un macho de avetorillo común cruzando delante del coche y volvimos a ver de nuevo coipú en el canal. Esta vez no paramos. Llegamos a última hora de la tarde a Madrid contentos con el viaje y los lugares visitados pero machacados, especialmente Carlos, que se comió el 90% del viaje al volante. Desde aquí, mil gracias a Marisa y Carlos por darnos la oportunidad de compartir el viaje y experiencias fuera de nuestras fronteras y por el tute, como acabo de decir, conduciendo sin queja alguna, y a Mariajo por estar siempre conmigo. Gracias, amor.

Y gracias a todos por seguir mi humilde blog, que sé ha estado parado mucho tiempo, esperando retomarlo más a menudo. Un saludo.