viernes, 14 de octubre de 2011

LAGUNA DE MECO Y EL PARDO

El día del Pilar decidimos Mariajo y yo pasar la mañana en la laguna de Meco, de reciente creación, y de paso saber dónde está y cómo llegar. Nos costó un poco pero allí estábamos gracias a las indicaciones de un ciclista muy amable que nos indicó muy bien. No es que estuviera rebosante de agua pero algo tenía. Y si tenía agua, tendría que haber bichos. Pues efectivamente, algo se movía por ahí. En total sacamos 31 especies de aves, casi nada. No es habitual lo que voy a hacer, pero como creo que merece la pena comentar lo que allí se cuece, para darla a conocer, a continuación escribo la lista completa de las aves observadas esa mañana en la laguna y alrededores. La cifra entre paréntesis indica, en su caso, el número de individuos observados.

  • Zampullín chico (10).
  • Cormorán grande (1).
  • Garcilla bueyera (4).
  • Aguilucho lagunero (1 hembra).
  • Busardo ratonero (2).
  • Gallineta común (sin contabilizar).
  • Focha común (3).
  • Chorlitejo chico (6).
  • Chorlitejo grande (2).
  • Avefría europea (1).
  • Andarríos chico (2).
  • Archibebe claro (5).
  • Gaviota sombría (2).
  • Paloma doméstica (sin contabilizar).
  • Paloma torcaz (sin contabilizar).
  • Martín pescador (1).
  • Cogujada común (varios ejemplares, sin contabilizar).
  • Lavandera blanca (varios ejemplares, sin contabilizar).
  • Lavandera cascadeña (1).
  • Pechiazul (1, bimbo para Mariajo).
  • Mirlo común (sin contabilizar).
  • Curruca cabecinegra (sin contabilizar).
  • Ruiseñor bastardo (sin contabilizar).
  • Mosquitero común (sin contabilizar).
  • Pájaro moscón (oído un individuo).
  • Urraca (sin contabilizar).
  • Estornino negro (sin contabilizar).
  • Gorrión común.
  • Pardillo común.
  • Jilguero.
  • Verderón común.
A destacar la presencia de un zorro que sembró el pánico entre las aves de la zona huyendo, seguramente, de los disparos de los numerosos cazadores que había por la zona.

Ya por la tarde nos acercamos a El Pardo, por Mingorrubio, para oír la berrea. Cero patatero, pero es que, además, el puente que permitía cruzar el río para ir pegado a la valla ya no existe. Así que nos tuvimos que conformar con echar un vistazo a la dehesa desde la zona por donde se mueve todo el gentío. Lamentable. Pues eso, de berrea, nada de nada, algunas gamas y ciervas con cervatillos, una piara de jabalíes de una docena de miembros, pero ni un solo macho de cérvido. En cuanto a pájaros, mucho ánade real, algunos buitres leonados a bastante altura, mucho mosquitero común (ya van llegando), papamoscas cerrojillo (a punto de irse) y poco más. Mejor dejarlo para otra ocasión, buscando alguna alternativa para acceder al otro lado del río. Ya os contaré.

PAJAREO, PAJAREO...

... y más pajareo. Así calificaría el fin de semana (8 y 9 de octubre) que he pasado a caballo entre Albacete y mis adoradas Salinas de San Pedro del Pinatar que, como siempre, me han deparado excepcionales momentos ornitológicos. Pero vayamos por partes.

Mariajo y yo bajamos el viernes día 8 hacia la zona conocida como "Área esteparia del este de Albacete, donde habíamos quedado con Rafa Torralba, que fue el perfecto anfitrión, llevándonos a un punto concreto donde se concentraban un nutrido grupo de chorlitos carambolos, del orden de 160 aunque, como bien menciona Rafa en su blog, debían ser más, pues había movimiento hacia una zona de rastrojos donde seguramente pasarían la noche. De todos modos, los vimos privilegiadamente, sin fotos, eso sí, y es que llegamos a última hora de la tarde. Desde aquí agradecemos enormemente a Rafa el haber dedicado parte de su tiempo en acompañarnos y sentirnos afortunados con la observación y su compañía. Gracias. Y también dar las gracias a Álvaro por habernos presentado jeje. Con los deberes hechos llegamos a nuestro destino un poco tarde, y a descansar.

Hacía tiempo que no dedicaba un rato a pajarear por la zona de Las Encañizadas, y de verdad que no defraudó en absoluto. Recomiendo esta ruta a todo pajarero que se precie, sean las fechas que sean porque siempre depara buenas observaciones. Se parte desde Lo Pagán, junto al molino de Quintín, en un agradable paseo custodiado por las propias salinas a la izquierda y el Mar Menor a la derecha. En las charcas salineras encontramos movimiento de limícolas, principalmente correlimos (menudo, tridáctilo y común), zampullín cuellinegro (empiezan a formarse los grandes bandos característicos del invierno), flamenco y chorlitejo grande, como especies más destacadas. Cuando llegamos al molino de la Calcetera, el camino se estrecha y ahora lo más destacado lo tenemos de frente y a nuestra derecha: nos encontramos ante Las Encañizadas, cuyo nombre proviene de una antigua forma de pesca originaria del pueblo árabe, que consistía en un laberinto de caños por donde se metían los peces, pero luego no sabían salir. De este arte solo se conservan las dos edificaciones (casa del Ventorrillo y casa de la Torre, rehabilitada) que se usaban para tal menester. Pues es en esta zona donde te puedes dar un atracón de aves, pues observé en una mañana, como más destacado, grandes bandos de garceta común (que utilizan la zona de dormidero), flamenco (de nuevo el ave estrella del parque), charrán patinegro (ya empiezan a llegar para pasar el invierno), hasta cinco zarapitos reales alimentándose en la zona, un trío de espátulas, bandos numerosos de cormorán grande y una majestuosa águila pescadora en plena faena (foto testimonial como prueba). Mención aparte merece comentar el enorme gavioteo que se formó en la zona, apareciendo cientos de gaviotas (reidoras, picofinas y, sobre todo, patiamarillas) de todos los rincones del lugar. No había palabras para describir lo que estaba viviendo en ese momento, no daba crédito. Lástima que no llevara el telescopio porque seguramente habría sacado más especies.



Correlimos tridáctilo juvenil



Correlimos tridáctilo en plumaje invernal



Vuelvepiedras



Águila pescadora


A mediodía, con un calor de justicia a pesar del aire, me dirijo a las salinas propiamente dichas. Bastante paso de limícolas (archibebes, andarríos, combatientes y correlimos varios), agujas colinegras (bando de cerca de 50 individuos descansando junto a avocetas), la siempre abundante cigüeñuela y el omnipresente flamenco, por citar algunas especies. La sorpresa me la llevo cuando descubro en una de las charcas salineras un macho de serreta mediana nadando entre flamencos. La observación es lejana pero puedo confirmar que se trataba de esa especie. En el pinar de El Coterillo destaco la presencia de tres especies de currucas: cabecinegra, capirotada y rabilarga. 



Gaviota patiamarilla




Aguja colinegra en plumaje invernal


Al día siguiente Mariajo y yo volvimos a las salinas para pajarear un rato antes de salir hacia Madrid. De camino, me pareció observar una extraña figura en los taludes del canal perimetral. Paramos y fuimos a investigar. Para regocijo de Mariajo, nos encontramos con un alcaraván común, que se había escondido, viéndole solo el cuello y la cabeza.



Alcaraván común


Esta vez sí realicé un recuento de flamencos para el Anuario Ornitológico de Murcia, registrando la cifra de 250 individuos entre las charcas salineras y la de interpretación. También de tarro blanco, con un total de 6 individuos. La mañana la acabamos en la charca de interpretación, donde tuvimos buenas observaciones de chorlitejo grande y martín pescador. Bastante más lejos descubrimos un chorlito gris en plumaje invernal. Las últimas golondrinas comunes sobrevolaban las salinas antes de partir hacia tierras africanas, y nosotros volvíamos a la capital de España con una gran sonrisa después de lo vivido en este paraje que nos encanta más cada día que pasa. Hasta la próxima.



Chorlitejo grande en plumaje invernal



Garceta común