lunes, 17 de junio de 2013

PLAN A MEDIAS: BUSCANDO PECHIAZULES EN GREDOS

La otra mitad del plan, los alzacolas extremeños, los tuve que dejar para otra ocasión. Me contenté con volver a Gredos a por los pechiazules, con buen tiempo y excelente compañía. Ya en la Plataforma, a media mañana y con una inmensa marea humana, Álvaro, Mery, Alicia y yo iniciamos la marcha hacia los piornales. Desde el propio parking ya nos pudimos deleitar con los numerosos escribanos hortelanos y algún macho de cabra montes descansando en lo alto de los roquedos, ajenos a tal movimiento de gente y vehículos. Mientras subíamos, las especies iban saliendo a la luz, y no solo aves. También reptiles y mariposas, viendo y disfrutando de varias especies. Tras un rato de ascenso con ritmo pajarero, llegamos a los primeros piornales de la ruta. Apostados estratégicamente, solo podíamos esperar que los protagonistas aparecieran. Y aparecieron, pero, para nuestra sorpresa, aun no cantaban en lo alto del piorno, en clásica foto; solo ofrecían algún canto en vuelo (con su característico descenso en paracaídas) y una innata curiosidad por saber quién osaba adentrarse en sus dominios. Un par de veces se aproximó a escasa distancia, y otras me rodeaba, con precaución, y se alejaba. Cuando me quise dar cuenta, ya tocaba relajarse y comer algo, y di por concluida la jornada. A esa hora, el pechiazul ya no se asomó más. En las horas centrales del día, la actividad bajó considerablemente. Ya estamos pensando en  volver el mes que viene…



Escribano hortelano Emberiza hortulana



Escribano montesino Emberiza cia



Pechiazul Luscinia svecica
(plumaje nupcial)



Pechiazul Luscinia svecica
(plumaje nupcial)


Como el día era, principalmente, dedicado a esta joya alada, decidimos seguir subiendo, siguiendo la ruta de la Laguna Grande, buscando piornales más arriba. Más bonitas y espectaculares eran las vistas a medida que ascendíamos. Los blancos neveros contrastaban con el verde y amarillo del piorno y el gris plomizo de la roca, hogar del roquero rojo. La ligera brisa nos traía paz y sosiego mientras el ronco reclamo del cuervo llamaba nuestra atención. La endémica lagartija carpetana se soleaba en alguna roca al borde del camino para desaparecer ante cualquier movimiento furtivo. 



Lagartija carpetana Iberolacerta cyreni
(macho)


La bajada, algo tortuosa por las innumerables piedras que formaban el camino y el calor, nos devolvió a la cruda realidad del gentío que ya regresaba, como nosotros, al parking tras un día entre naturaleza en estado puro. El reclamo del bisbita alpino nos permitió observarlo con ceba. Mientras buscamos roquero rojo en una pared donde no suele fallar, Mery localiza un mirlo acuático en el río. La primera vez que lo veo ahí. El roquero no falla y aparece, con ceba, moviéndose por las escarpadas paredes, mientras el chochín reclama sin parar y las lavanderas cascadeña y boyera se dejan ver también. Tras un reparador refrigerio en el bar del parking, una hembra de lagarto verdinegro pone el punto y final a un excelente día en la sierra de Gredos esperando, como he mencionado antes, repetir en un mes, a ver si el pajarito del collar azul nos deleita con su canto desde su privilegiada posición.



Roquero rojo Monticola saxatilis
(macho)



Lagarto verdinegro Lacerta schreiberi
(hembra)



Cabra montesa Capra pyrenaica victoriae


Y, por lo que tengo entendido, hubo suerte con los alzacolas en Extremadura. Eso sí, sobre la bocina. Enhorabuena.

Gracias chic@s por este día y por las molestias de acercarme a Talavera de la Reina para que pudiera volver a Madrid. Mil gracias.

Y gracias por seguir mi blog. Un saludo.







miércoles, 12 de junio de 2013

LAGUNA, ALBUFERA Y MARJAL

Uno de estos viajes que no prevés, que salen de sopetón pero que los coges con ganas. Álvaro lo pone encima de la mesa, María lo secunda, Virginia nos pica para que vayamos, y Mariajo y yo picamos y nos apuntamos. Ya no había quién lo parara. Tres ecosistemas en tres días. Cuadrar, cuadraba. Gracias al grupo por el "pique" y el buen rollo y, una vez más, a Álvaro y María por currárselo de verdad. 

Pues el pasado viernes cogimos carretera hacia tierras levantinas, con la primera parada prevista en la laguna de Manjavacas para que las damas del viaje bimbaran el flamenco enano que se está viendo por allí. Con cielo amenazando lluvia, los telescopios barrían la lámina de agua buscándolo. La numerosa colonia de flamencos comunes ha criado de nuevo, observando muchos pollitos de gris plumón. Tras un rato buscando, Virgi lo saca. Entre la maraña de flamencos, ahí estaba; ligeramente más pequeño, de un rosado más oscuro y pico y ojo oscuros. Bimbado quedaba. Con los deberes hechos, disfrutamos de otras especies presentes en el lugar: fumarel común y cariblanco, tarro blanco, pato colorado, sisón, alcaraván común, avefría europea y mochuelo europeo fueron algunas de las especies representadas en la laguna y sus campos circundantes. Llegamos a la Albufera de Valencia con el tiempo justo de instalarnos en el camping, cenar algo y acostarnos. Mañana sería un largo día de observaciones.

El sábado amaneció soleado con fuertes rachas de viento del oeste, lo que no aventuraba buenas especies de palustres o en vuelo. Bueno, a ver qué tal se daba el día. Tras concertar cita previa, a las diez nos esperaban en el Tancat de la Pipa para realizar una visita por nuestra cuenta. Tras un recorrido fácil y accesible, destacaremos en el aspecto ornitológico la magnífica observación de un macho de avetorillo común que tuvimos en el embarcadero, el constante vuelo de las garzas real e imperial, el monótono canto de la buscarla unicolor y la aparición fantasmal del calamón entre el carrizo. Como el lugar no daba más de sí, decidimos ganar tiempo y marchar al Racó de l'Olla para observar la gran colonia de charrán común que, en estas fechas, se encuentra en plena cría. Para ello debemos caminar unos minutos hasta el último observatorio, provistos de cristales para preservar la intimidad de las especies. 



Avetorillo común Ixobrychus minutus
(macho)



Porrón europeo Aythya ferina
(hembra)



Charrán común Sterna hirundo
(plumaje reproductor)


Ya era prácticamente la hora de comer y buscamos un restaurante en la urbanización Les Gavines. La sorpresa saltó cuando apenas habíamos bajado del coche. Primero uno, después tres más, allí iba otro… ¡Abejeros europeos! Cerca de una docena de individuos nos sobrevolaron luchando contra el fuerte viento del oeste que presidía el día. Cita tardía, sin duda. 



Abejero europeo Pernis apivorus


Después de una reconfortante comida, Álvaro había diseñado un circuito vespertino por los arrozales cercanos al Perelló. Las especies caían poco a poco, a cuentagotas. Las pagazas piconegras y fumareles cariblancos sobrevolaban las zonas abnegadas de agua mientras las gaviotas cabecinegras y reidoras reclamaban sin parar. Los charranes patinegros se agrupaban en zonas alejadas mientras alguna que otra tórtola europea se nos cruzaba en los caminos. Los moritos se distribuían por todo el arrozal. Álvaro y el resto del grupo tuvieron la santa paciencia de parar cada dos por tres para que yo pudiera fotografiar alguna de las abundantes garcillas cangrejeras que aparecían al borde de las pistas de tránsito. Gracias una vez más, chicos. En el Tancat de la Ratlla localizamos un campo lleno de canasteras comunes. Para acabar el día, paramos en el faro de Cullera, con un par de alcatraces como más destacado, y en la Gola de Pujol, donde comprobamos de primera mano que la importante colonia de gaviota de Audouin existente ahí también ha sacado pollos este año. 



Morito Plegadis falcinellus
(adulto)



Garcilla cangrejera Ardeola ralloides



Garcilla cangrejera Ardeola ralloides



Cardera Vanessa cardui



El domingo lo teníamos reservado para una visita al Marjal del Moro, cerca de Sagunto. Como en la Albufera, las aves se encuentran en pleno proceso reproductor. Tras una primera parada en la desembocadura de la Gola de l'Estany para observar al charrancito pescar y el primer observatorio, fue en el observatorio de los charadriformes donde el espectáculo estaba servido. Los charranes comunes volvían a ser los protagonistas con una numerosa y ruidosa colonia de cría. No le iban a la zaga las gaviotas cabecinegras y reidoras, los charrancitos y las canasteras, que usaban el camino de acceso para posarse y descansar. Hasta un solitario chorlitejo chico, descubierto por Mariajo, protegía a su descendencia de la agresividad de los charranes. Durante toda la mañana, el paso de moritos fue constante. En la torre observatorio, donde luego comeríamos, intentamos varias veces localizar al escaso y difícil carricerín real, sin suerte. Los carriceros comunes y tordales reclamaban sin apenas descanso, así como el infatigable buitrón, con ese reclamo en vuelo tan característico. En el observatorio de la laguna de las fochas, encontramos varios fumareles cariblancos posados en estacas cercanas, soportando el acoso de los charranes comunes, que los echaban de los posaderos. Tras varios barridos con los prismáticos, no dimos con ninguna focha cornuda, pero sí con unos abejarucos europeos que utilizaban un gran árbol seco como posadero. Y, de pronto, salió otro plan alternativo que hizo las delicias del grupo: carracas. No se hable más. Partimos de vuelta después de comer y fuimos al lugar en cuestión. Las carracas estaban allí, usando sus caja-nido. La sorpresa apareció de nuevo cuando un juvenil de águila real surgió desde detrás de una colina para nuestro regocijo. Tras seguirla con los prismáticos, vimos que se posaba en lo alto de una loma. ¿Podía haber mejor colofón a un gran fin de semana?



Fumarel cariblanco Chlidonias hybridus



Canastera común Glareola pratincola



Carraca europea Coracias garrulus



Águila real Aquila chrysaetos
(juvenil)


Reitero mi agradecimiento al fantástico grupo que me permitió disfrutar de este fin de semana cerca del Mediterráneo. Álvaro, María, Virginia y mi amor, Mariajo, gracias.

Gracias por seguir mi blog. Un saludo.











viernes, 7 de junio de 2013

LAS MERINDADES: AVES Y ORQUÍDEAS

Nos encontramos, nada más llegar, con historia y naturaleza a partes iguales. Encajonada al norte de la provincia de Burgos, los vestigios del paso del hombre y su perfecta comunión con la naturaleza convierten este enclave en único. Su red de caminos y senderos son ideales para perderse entre el color verde de sus bosques y praderas y las escarpadas paredes rocosas, induciendo precisamente a tomar esa ruta y no salirse de ella. Su riquísimo patrimonio geológico y artístico son la excusa perfecta para sentarse, relajarse y escuchar todo lo que las numerosas construcciones románicas y medievales quieren contar, siglos y siglos de historia recogidos en una vasta y extensa localización limítrofe con las  montañas cántabras y vascas. Los ríos y valles, muchas veces encajonados en infinitos cañones calizos, son las arterias que dan vida natural al verdor y la frondosidad, casi mágica, de una naturaleza aun por descubrir y que merece su pleno disfrute.

Este primer fin de semana de junio, todavía frío y húmedo, quisimos empaparnos de la ancestral historia de esta mítica comarca y, de la mano de SPAINBIRDS NATURE TOURS S. L., emprendimos el camino con entusiasmo y muchas ganas de conocer el lugar.

La primera parada fue en Covanera, pequeño pueblo donde el río Rudrón lo cruza. Aquí caminamos una sencilla ruta, apuntando las primeras aves interesantes del viaje: lavandera cascadeña y mirlo acuático. Llegamos a un sitio de especial interés: el Pozo Azul, entrada a una cueva activa subacuática, de un agua purísima, gélida (11º) y de un increíble color azul (de ahí su nombre). En las profundidades del pozo, a más de 15 metros y visible, gracias a la transparencia del agua, se abre la boca de una cueva de más de cinco kilómetros de longitud. Además de deleitarnos con su aspecto, su color y la presencia de varios buceadores, las aves volvieron a ser las protagonistas; por citar algunas, mosquitero ibérico, chochín, mosquitero papialbo, bisbita arbóreo y una pareja de águilas reales que llegamos a ver incluso posadas en lo alto de un roquedo. Sin duda, una de las estrellas de la jornada. 



Lavandera blanca Motacilla alba



Aguililla calzada Aquila pennata
(morfo claro)



Águila real Aquila chrysaetos
(adulto)


Tras comer en el pueblo, nos dirigimos a Herbosa para realizar otra sencilla ruta ornitológica hasta un lugar denominado la turbera Margarita, rehabilitada como enclave para aves. Tras contemplar su bella iglesia, iniciamos la caminata entre prados, con excelentes observaciones de alimoche, tarabilla norteña, alcaudón dorsirrojo y camachuelo común. Pero, además, los amantes de las flores se encontraron con praderas inundadas de bellos colores, destacando Orchis morio, a centenares. Llegados a la turbera, collalba gris, pardillo común y escribano cerillo. Poco después de emprender la vuelta, la lluvia hizo acto de presencia, precipitando la llegada al bus y perdiendo la posibilidad de aprovechar lo que quedaba de tarde. Una pena. 



Tarabilla norteña Saxicola rubetra
(macho)




Camachuelo común Pyrrhula pyrrhula
(macho)


Pernoctamos en el hotel balneario de Corconte, pegado a la orilla norte del pantano del Ebro. Un peculiar edificio de piedra de sillería enclavado en mitad de la nada y famoso por sus aguas termales y medicinales. Recuerdo la visión de madrugada desde el ventanal de mi habitación del monótono baile de los árboles al son del viento, más propia de una película de terror. 

Se presentaba el domingo igual de gris y sombrío pero sin lluvia. Ahora la visita le correspondía al valle de Zamanzas. Tras llegar a Tubilleja, después de observar maravillosos paisajes desde el bus, iniciamos la ruta hasta Tudanca del Ebro, siempre por pista asfaltada. Nada más bajar del bus, un macho de colirrojo real nos deleitaba la espera en una zona de huertos. Jalonados por el encajonado Ebro, las vistas eran, simplemente, espectaculares. Al llegar al final, algunos continuaron camino a través del Desfiladero de los Tornos y adentrarse en el Ebro más salvaje. La vuelta la emprendimos por el mismo camino. 




Ruta Tubilleja-Tudanca




Golondrina común Hirundo rustica


Y, como no, los amantes de la flora, en general, y de las orquídeas, en particular, tuvieron su momento de gloria, pues los prados y cunetas estaban, literalmente, plagados de estas bellas flores. 



Ophrys sphegodes



Ophrys lutea


Con la pena de saber que el fin de semana en Las Merindades se acababa, hicimos la parada para comer en Escalada, en una zona recreativa. Al coger el bus, varios zorzales comunes trinaban a la vez, como despidiéndose de nosotros hasta la próxima.




Iglesia de Santa María la Mayor


Una pequeña ruta junto a Quintanilla de Escalada puso el punto y final a este maravilloso fin de semana en un lugar de ensueño y que merecerá una futura visita.

Dar las gracias a John Muddeman por su profesionalidad y buen hacer, a nuestra pareja de guías locales (no recuerdo sus nombres, sorry) que diseñaron unos perfectos enclaves para el disfrute del lugar, a nuestro chofer Miguel Ángel y a tod@s los que allí coincidimos por el buen rollo y la amistad que se profesaba. Como esta, mil veces más.

Gracias por seguir mi blog, un saludo.