miércoles, 12 de junio de 2013

LAGUNA, ALBUFERA Y MARJAL

Uno de estos viajes que no prevés, que salen de sopetón pero que los coges con ganas. Álvaro lo pone encima de la mesa, María lo secunda, Virginia nos pica para que vayamos, y Mariajo y yo picamos y nos apuntamos. Ya no había quién lo parara. Tres ecosistemas en tres días. Cuadrar, cuadraba. Gracias al grupo por el "pique" y el buen rollo y, una vez más, a Álvaro y María por currárselo de verdad. 

Pues el pasado viernes cogimos carretera hacia tierras levantinas, con la primera parada prevista en la laguna de Manjavacas para que las damas del viaje bimbaran el flamenco enano que se está viendo por allí. Con cielo amenazando lluvia, los telescopios barrían la lámina de agua buscándolo. La numerosa colonia de flamencos comunes ha criado de nuevo, observando muchos pollitos de gris plumón. Tras un rato buscando, Virgi lo saca. Entre la maraña de flamencos, ahí estaba; ligeramente más pequeño, de un rosado más oscuro y pico y ojo oscuros. Bimbado quedaba. Con los deberes hechos, disfrutamos de otras especies presentes en el lugar: fumarel común y cariblanco, tarro blanco, pato colorado, sisón, alcaraván común, avefría europea y mochuelo europeo fueron algunas de las especies representadas en la laguna y sus campos circundantes. Llegamos a la Albufera de Valencia con el tiempo justo de instalarnos en el camping, cenar algo y acostarnos. Mañana sería un largo día de observaciones.

El sábado amaneció soleado con fuertes rachas de viento del oeste, lo que no aventuraba buenas especies de palustres o en vuelo. Bueno, a ver qué tal se daba el día. Tras concertar cita previa, a las diez nos esperaban en el Tancat de la Pipa para realizar una visita por nuestra cuenta. Tras un recorrido fácil y accesible, destacaremos en el aspecto ornitológico la magnífica observación de un macho de avetorillo común que tuvimos en el embarcadero, el constante vuelo de las garzas real e imperial, el monótono canto de la buscarla unicolor y la aparición fantasmal del calamón entre el carrizo. Como el lugar no daba más de sí, decidimos ganar tiempo y marchar al Racó de l'Olla para observar la gran colonia de charrán común que, en estas fechas, se encuentra en plena cría. Para ello debemos caminar unos minutos hasta el último observatorio, provistos de cristales para preservar la intimidad de las especies. 



Avetorillo común Ixobrychus minutus
(macho)



Porrón europeo Aythya ferina
(hembra)



Charrán común Sterna hirundo
(plumaje reproductor)


Ya era prácticamente la hora de comer y buscamos un restaurante en la urbanización Les Gavines. La sorpresa saltó cuando apenas habíamos bajado del coche. Primero uno, después tres más, allí iba otro… ¡Abejeros europeos! Cerca de una docena de individuos nos sobrevolaron luchando contra el fuerte viento del oeste que presidía el día. Cita tardía, sin duda. 



Abejero europeo Pernis apivorus


Después de una reconfortante comida, Álvaro había diseñado un circuito vespertino por los arrozales cercanos al Perelló. Las especies caían poco a poco, a cuentagotas. Las pagazas piconegras y fumareles cariblancos sobrevolaban las zonas abnegadas de agua mientras las gaviotas cabecinegras y reidoras reclamaban sin parar. Los charranes patinegros se agrupaban en zonas alejadas mientras alguna que otra tórtola europea se nos cruzaba en los caminos. Los moritos se distribuían por todo el arrozal. Álvaro y el resto del grupo tuvieron la santa paciencia de parar cada dos por tres para que yo pudiera fotografiar alguna de las abundantes garcillas cangrejeras que aparecían al borde de las pistas de tránsito. Gracias una vez más, chicos. En el Tancat de la Ratlla localizamos un campo lleno de canasteras comunes. Para acabar el día, paramos en el faro de Cullera, con un par de alcatraces como más destacado, y en la Gola de Pujol, donde comprobamos de primera mano que la importante colonia de gaviota de Audouin existente ahí también ha sacado pollos este año. 



Morito Plegadis falcinellus
(adulto)



Garcilla cangrejera Ardeola ralloides



Garcilla cangrejera Ardeola ralloides



Cardera Vanessa cardui



El domingo lo teníamos reservado para una visita al Marjal del Moro, cerca de Sagunto. Como en la Albufera, las aves se encuentran en pleno proceso reproductor. Tras una primera parada en la desembocadura de la Gola de l'Estany para observar al charrancito pescar y el primer observatorio, fue en el observatorio de los charadriformes donde el espectáculo estaba servido. Los charranes comunes volvían a ser los protagonistas con una numerosa y ruidosa colonia de cría. No le iban a la zaga las gaviotas cabecinegras y reidoras, los charrancitos y las canasteras, que usaban el camino de acceso para posarse y descansar. Hasta un solitario chorlitejo chico, descubierto por Mariajo, protegía a su descendencia de la agresividad de los charranes. Durante toda la mañana, el paso de moritos fue constante. En la torre observatorio, donde luego comeríamos, intentamos varias veces localizar al escaso y difícil carricerín real, sin suerte. Los carriceros comunes y tordales reclamaban sin apenas descanso, así como el infatigable buitrón, con ese reclamo en vuelo tan característico. En el observatorio de la laguna de las fochas, encontramos varios fumareles cariblancos posados en estacas cercanas, soportando el acoso de los charranes comunes, que los echaban de los posaderos. Tras varios barridos con los prismáticos, no dimos con ninguna focha cornuda, pero sí con unos abejarucos europeos que utilizaban un gran árbol seco como posadero. Y, de pronto, salió otro plan alternativo que hizo las delicias del grupo: carracas. No se hable más. Partimos de vuelta después de comer y fuimos al lugar en cuestión. Las carracas estaban allí, usando sus caja-nido. La sorpresa apareció de nuevo cuando un juvenil de águila real surgió desde detrás de una colina para nuestro regocijo. Tras seguirla con los prismáticos, vimos que se posaba en lo alto de una loma. ¿Podía haber mejor colofón a un gran fin de semana?



Fumarel cariblanco Chlidonias hybridus



Canastera común Glareola pratincola



Carraca europea Coracias garrulus



Águila real Aquila chrysaetos
(juvenil)


Reitero mi agradecimiento al fantástico grupo que me permitió disfrutar de este fin de semana cerca del Mediterráneo. Álvaro, María, Virginia y mi amor, Mariajo, gracias.

Gracias por seguir mi blog. Un saludo.











2 comentarios:

Mariajo dijo...

ayyyyy que lindo el mochuelo que vimos, era preciosssssiiiisssiiimo, je je je mil gracias a Alvaro por la organización, a María por el tema logístico, a Virginia por alegrar de esa manera con sus sonrisas el fin de semana y a Gabi por ser lo que más quiero y relatar historias como nadie, je je je
besos y gracias

Gabriel Lorenzo M. dijo...

Olé tú, preciosa!!!