lunes, 3 de diciembre de 2012

EN UN LUGAR DE LA SAGRA...

... llamado Lominchar anduve el primer día del mes de diciembre pajareando y disfrutando de la mañana y la tarde, que con tiempo tan benigno, aunque con frío, se nos quiso presentar. La mañana fue un paseo relajado en compañía de mis tres adorables perros, andando por solitarios caminos sin que nada ni nadie nos molestara. Aproveché además para estudiar la ruta que seguiría después de comer. La tarde la dediqué, ahora sí, a pajarear (mucho tiempo sin hacerlo por la zona) y analizar algunos lugares para cuando deba volver para realizar el SACRE de invierno y el NOCTUA. Para estas fechas ya están entre nosotros las alondras comunes, los bisbitas pratenses y las lavanderas blancas, acompañando en los campos de labor a los trigueros y las cogujadas comunes. Siguiendo la estela de los tractores, las garcillas bueyeras y alguna solitaria garza real dan buena cuenta de lo que ha podido quedar al descubierto. Poco a poco van llegando las preciosas avefrías europeas, al igual que el milano real, perfecto dominador del espacio aéreo. El característico maullido del busardo ratonero revela su posición, posado o en vuelo, como una de las voces más comunes de la comarca. Y también el vuelo estático del cernícalo vulgar o el revoloteo del mosquitero común entre los huertos. Entre los olivos no hubo suerte con el mochuelo común pero sí con multitud de zorzales comunes, currucas capirotadas y petirrojos que se cruzaban en tu camino sin apenas poder distinguirlos. Voy a destacar dos momentos significativos de esta jornada: primero, el vuelo de un grupo de más de un centenar de sisones, con su silbido penetrante cuando te sobrevuela, y su especial querencia por posarse en ciertos lugares para descansar. No son raros en el lugar pero no se ven todos los inviernos. En ese sentido, tuve suerte. Y segundo, los sucesivos grupos de grullas comunes que me sobrevolaron mientras buscaba otras especies, con ese trompeteo mágico que te hace mirar hacia todas direcciones intentando adivinar de dónde proviene. Haciendo la suma, me salieron un total de 361 individuos. A última hora de la tarde, ya con el sol acostándose, descubro en la lejanía una hembra de aguilucho pálido en vuelo rasante, a buen seguro buscando la cena. 

En resumen, buena jornada campera y de aves, que os transmito para que la disfrutéis tanto como lo hice yo. No están todas las que son pero son todas las que están, que no es poco.

Gracias a tod@s por seguir mi blog.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Increíble Gabriel, leerte ha sido como salir de pajareo. Desde mi silla en el centro de Madrid y frente al ordenador he podido ver a cada una de las especies que has nombrado. ¡Gracias por esta ruta!.
Un abrazo!!

Gabriel Lorenzo M. dijo...

Ramón, gracias a ti por asomarte por aquí.
Un abrazo!!!