lunes, 26 de marzo de 2012

MONFRAGÜE NUNCA DEFRAUDA

Sin solución de continuidad, y con la mirada del lince aún clavado en el corazón, el fin de semana de San José nos embarcamos mi amada Mariajo y yo a la aventura extremeña donde lo que buscas lo encuentras: el Parque Nacional de Monfragüe. Desgraciadamente, no todo fue benigno. El frío y el viento hicieron acto de presencia y no nos permitió disfrutar plenamente de las abundantes observaciones que por allí se dieron cita.

El primer día completo que pudimos disfrutar fue el sábado 17. Como no, empezamos temprano, antes del desayuno, en la Portilla del Tiétar. Y, como no, la abundante e interesante avifauna no faltaron a la cita. Los alimoches, recién llegados de África, compartían el cielo extremeño con los buitres leonados. Los cantos del chochín, el escribano montesino y el roquero solitario ponían banda sonora a la espera en el lugar. En su lugar habitual de cría, el búho real apenas dejaba entrever sus hermosos ojos anaranjados, acentuados por el sol que ya despuntaba a nuestra espalda. La estrella, el águila imperial ibérica, nos deleitaba con sus continuos reclamos, vuelos y posados. Atosigó y agredió sin piedad a, sobre todo, los buitres negros que por allí merodeaban. Un espectáculo digno de ser observado. Miles de cormoranes grandes iban y venían remontando el río, mientras un águila pescadora (descubierta por Mariajo, gracias mi amor) planeaba de tarde ante nuestros ojos. La visita al Salto del Gitano era obligada y, como siempre, masificada de gente venidas de muchos rincones del mundo. A pesar de ello, pudimos observar en su posadero al halcón peregrino (de nuevo descubierto por Mariajo). Y también las habituales cigüeñas negras, ya en nido. 



Pareja de alimoches



Buitres leonados y negro 



Búho real



Buitre leonado




Águila imperial ibérica

                   

Para el día 18 volvimos a repetir a primera hora en la Portilla. Ya vimos a la imperial aportando ramas al nido y la presencia de una garceta grande remontando el río. Aparecieron las primeras culebreras europeas por la zona y las especies ya habituales. Todo un espectáculo. A mediodía decidimos cambiar de aires y marchamos a Arrocampo. Desde el observatorio n.º 4, Mariajo (esta chica es una mina) descubre un lejano elanio azul. Una ansiada observación. Ya en el comienzo de la ruta, en el mismo puesto de información del parque, ya pudimos observar las primeras aves interesantes del lugar: calamón común, garcilla cangrejera, garza imperial y carricero tordal. Desde el observatorio n.º 2, garceta grande. No os perdáis la colonia de cernícalo primilla de la iglesia de Saucedilla. También visitamos la charca de Cerro Alto, aunque unas charcas cercanas tenían más interés ornitológico. El resto de la tarde lo pasamos en el observatorio n.º 2 esperando al avetoro que lleva unas semanas allí. Cuando nos fuimos aún no había aparecido. Destacamos la observación de un morito en vuelo cuando ya nos íbamos. Como nota de interés, comentar que el tramo de carretera entre Saucedilla y Casatejada es buena para ver elanio, como pudimos comprobar de primera mano. 

Nuestro último día en Monfragüe. La misma rutina. Con seguridad, el día con más frío y más aire. Nuevamente las acciones de la reina del bosque mediterráneo nos dejaron con la boca abierta. No dudaba en mostrar su agresividad con cualquiera que pasara por allí, y patrullaba el área de cría sin descanso. Nos marchamos dejando a los numerosos milanos negros y al búho real en su refugio hasta una nueva ocasión. 
Esta entrada se la dedico a Mariajo, mi cielo y mi amor. Que vivamos otras mil experiencias como esta juntos. Te quiero.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Amigo Gabriel, hace poco y con motivo de la FIO visité Monfragüe que como bien dices nunca defrauda. Enhorabuena por todas las observaciones y las fotos tan buenas que nos pones.
Bonita dedicatoria a tu chica, yo tengo la suerte de tener una mujer a la que le gusta tanto el campo como a mí y que también es una gran observadora. ¡Menuda suerte tenemos!
Un abrazo!!

Gabriel Lorenzo M. dijo...

Gracias por tu comentario Ramón. El que nuestros amores compartan esta afición, no siempre bien comprendida, ayuda a disfrutarla mucho más. Ella me acompaña siempre que puede y me alienta a la hora de seguir adelante, le debo mucho. Y de botánica controla un montón... No es suerte, es fortuna lo que tenemos.
Un abrazo!!!!

Unknown dijo...

Pues además de compartir afición por la naturaleza y las aves nuestros amores también comparten lo de la botánica ya que mi mujer es ingeniero forestal. ¡Qué casualidad!
A ver si algún día coincidimos por alguno de los maravillosos rincones de nuestra España.
Un abrazo!!

Mariajo dijo...

¿Qué puedo decir que tú no hayas dicho ya? Sólo replicarte en un susurro "Te quiero". Gracias por ser, por estar, por compartir y sobre todo por vivir la vida junto a mí,
Besos mi amor,
Mariajo

Conry dijo...

Buen viajecico de pajareo Gabriel, y buenas fotos de rapaces. Hace unos días un par de amigos estuvieron pajareando por allí y me dijeron que vieron los pollos de buho real del nido de la Portilla. Un saludo!