jueves, 12 de enero de 2012

EL PRÍNCIPE DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO


Sierra de Andújar



Las noches caían como pesadas losas sobre nuestros cansados cuerpos. El frío entorpecía nuestros movimientos, solo aliviados por la cálida llama de la chimenea. La sierra nos hablaba en forma de brisa, el reclamo del pito real y los graznidos de los córvidos nos advertían de que no estábamos solos, entre tanto humano algo especial acechaba y nos observaba. Nos embelesábamos con la tardía berrea y la titánica lucha de sus machos, los altos vuelos del buitre negro y leonado, y la espectacular parada nupcial del águila imperial ibérica. Los extraordinarios colores y exquisitas formas del bosque mediterráneo nos anunciaban que su habitante más emblemático podía aparecer en cualquier momento. La percepción de formas y texturas en sus árboles y geología nos tenían ocupados todo el día. Y también el poder distinguir entre esas figuras la de nuestro protagonista, que se hacía de rogar. No perdía la vista de todas y cada una de las rocas de forma caprichosa que cubrían el campo, de sus encinas y alcornoques, de sus lentiscos y retamas, de sus remansos de agua o de lo que acontecía delante de las luces del vehículo. Olía a jara, a algo especial, a algo que deseábamos descubrir. Cuando la luz nos abandonaba, el cárabo y el búho real nos deseaban felices fiestas, cuando el mochuelo europeo adornaba nuestras esperas con sus habituales reclamos, esperábamos el año nuevo con ilusión y predisposición a cosas mucho mejores que el que abandonamos. El príncipe del bosque mediterráneo apareció como un fantasma, un ratito, en pleno afán conquistador, y sin demostrar ningún interés por el ser humano, atabiado con trastos de observación y mucho estrés. Y la última noche del año vi sus luceros en la llama, igual de brillantes, igual de bonitos, desprendiendo la chispa de algo emocionante y de un logro vivido y superado, y me di cuenta del mensaje transmitido: mejor nos iba a ir en este año que entra. Y abandonamos la sierra misteriosa cuando caía la tarde, el sol dejaba paso al frío y los escondidos secretos que aún esconden sus bosques y habitantes, y sus solitarias carreteras y caminos podían albergar, de pronto, el paso fantasmal del príncipe del bosque mediterráneo, esperando el descubrir constante de sus secretos por quien le visita.



Buitre negro



Águila imperial ibérica (damero)



Ciervo



Lince ibérico







10 comentarios:

chusyedu dijo...

Vaya tela !!

Javi dijo...

¿Qué hay que hacer para comprar el abono del lince? Mis visitas a Andújar, que ya son 3, se cuentan por fracasos (en verlo). Un abrazo.
Me has dado envidia y he montado un blog... http://elblogdejavieratrio.blogspot.com/

chusyedu dijo...

Joder Gabi!! Yo me quedo alucinado...pesadas losas, titánica lucha, olía a jara ... te podías dedicar a publicar y vender tus historias.
Creo que esta es la mejor de todas las entradas del blog!!
Lo cuentas de una forma que parece que estábamos juntos esperando al príncipe...en serio esta narración me ha hecho meterme dentro ...
Y lo mejor..." ví sus luceros en la llama", jua,jua, pero si parece una "peli" de miedo.
En serio, FELICIDADES !!!

Unknown dijo...

Hola Gabriel, has conseguido ver y fotografiar a dos especies que muchos (que aún no las hemos visto) alucinamos y vemos como sueños sin cumplir.
Las fotos muy buenas, tanto como el relato.
Saludos!!

Gabriel Lorenzo M. dijo...

Hola Ramón. Gracias por tu comentario, el lince (supongo que uno de ellos será ese) es cuestión de paciencia, saber moverse por donde campea y algo de suerte.
Un saludo

Alberto Benito dijo...

Increíble, son increíbles!! Preciosas fotos! Que suerte, y que envidia!! Enhorabuena.
Salu2

Matacán A. dijo...

Hola, Gabriel, soy Antonio Córdoba, que coincidí un ratillo contigo en la espera al lince la mañana de niebla en que partíamos.
Comentarte que volví por la tarde a probar suerte a nuestro apostadero y, nada, sin rastro del ansiado felino. Habrá que volver.
Espléndido relato. Tienes un magnífico blog. Enhorabuena.
Un saludo.
Antonio Córdoba

Sonso dijo...

Gabriel, las fotos son una auténtia maravilla pero tu apasionado relato de la espera de la aparición del "Príncipe del bosque mediterráneo" es más propio de un escritor; es de una intensidad y delicadeza que lo describiría como lírica naturalista. Gracias por dedicar tu tiempo y tu don para compartir con los demás tus experiencias en la naturaleza. Seguiré atenta tus nuevas publicaciones en el blog.
Un saludo,
Sonso

maria dijo...

En dos palabras im presionante, tu relato de la espera del principe del bosque mediterraneo, está lleno de sentimiento y mucho amor por la naturaleza, se nota en cada frase y en cada palabra, me ha gustado bastate, sigue así, no me cansaré de leeerlo, (sus luceros en llama, que bueno).

Ferlynx dijo...

Muy buena la entrada, desde luego el poder ver y además fotografiar dos joyas de nuestra fauna como el Águila imperial ibérica y sobre todo el Lince, debe dar un subidon que pa que, este fin de semana voy a Doñana y espero por lo menos verlo, a Javi sabes donde se pillan esos abonos, creo que lo voy a necesitar, saludos.