martes, 16 de agosto de 2011

SALINAS DE SAN PEDRO DEL PINATAR

Aproveché el fin de semana largo que se presentó en Madrid para bajar, una vez más, al Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar. Como siempre, nunca defrauda, y aunque el número de especies es limitado, te brinda numerosas oportunidades para observar aves interesantes y en un agradable ambiente. Empezaré resumiendo lo acontecido el sábado 13 de agosto. Como casi siempre, acompañado de mi hermano Raúl, madrugamos para estar en la zona con las primeras luces de la mañana. Y con ello empezaba el espectáculo. El flamenco común estaba por todas partes, al igual que el charrancito, con sus continuos reclamos y zambullidas. Había menos tarro blanco que de costumbre, y observé las primeras agujas colinegras en paso, al igual que los combatientes, en escaso número. De limícolas no andaba mal la cosa, sin números espectaculares, pero con buenas observaciones: correlimos común, menudo y zarapitín. También presentes las cigüeñuelas y las avocetas, así como chorlitejos patinegros y grandes. Y algún bando grande de gaviota picofina, y las omnipresentes patiamarillas.  Los pocos zampullines cuellinegros que merodeaban por allí ya presentaban variación de plumaje en eclipse. Algunas golondrinas comunes y dáuricas apuraban su estancia en este entorno antes de retornar a África. 



Cigüeñuela común



Correlimos menudo




Correlimos zarapitín


Dedicamos un rato a visitar el puerto de San Pedro y la playa de Las Llanas, y aquí nos encontramos con una grata sorpresa: dos gaviotas de Audouin, una de ellas anillada. La anilla reza lo siguiente: AUJ8.



Gaviota de Audouin


Antes de que el calor apretara de verdad, decidimos movernos y asomarnos a la rambla del Albujón y El Carmolí. Lo más destacado fue la observación de un macho de avetorillo común sobrevolar la vegetación de la rambla en dirección al primer puente. 

Después fuimos a las salinas de Marchamalo a buscar al charrán elegante que se ha estado viendo por la zona, pero no tuvimos éxito. Sin embargo, pudimos ver varias gaviotas cabecinegras como especie más interesante. Con un calor de justicia volvimos a casa y dimos por concluida la jornada pajaril por ese día.

Al día siguiente, y aprovechando la visita de mi chica, Mariajo, nos acercamos de nuevo a San Pedro del Pinatar. Por la tarde, mientras ella se iba a la playa con unos familiares, yo aproveché para pajarear de nuevo por las salinas. Pero la tarde la empleé en disfrutar viendo aves y contabilizando ejemplares para preparar citas para el Anuario Ornitológico de la Región de Murcia. Este sosiego me deparó, además, varias sorpresas. El flamenco resultó ser una especie muy abundante, con una cifra aproximada de 553 individuos en total, entre adultos y jóvenes. Buenas cifras también para la gaviota picofina, con un total de 55 individuos, en varios grupos descansando en la superficie del agua. Algo más escaso resultó el tarro blanco, del que sólo contabilicé 24 ejemplares, la mayoría descansando en una lengua de tierra. Y las sorpresas vinieron en forma de martinete en vuelo, garcilla cangrejera ocultándose en una zona de vegetación, y un grupito de fumareles comunes dirigiéndose al O cuando iba a buscar a mi chica. ¡Todos para el anuario!



Flamenco común



Correlimos zarapitín







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